Es el veneno de tus labios lo que me llama la atención. El pensar que algún día los podré tocar, rozar, morder, según a mi me apetezca. Imaginarme que serán solo míos. Tener la certeza de que cada parte de mi cuerpo que roces con tus labios, arderá. Como una hoguera en una noche de invierno, tengo la seguridad de que, en medio de todo este frío, encontraré calor cuando consiga tocar tus labios.
Siento que los mios arden, solo con imaginarme noches de verdadera rebeldía. Siento como, sedientos, imaginan como las yemas de tus dedos los acariacia, para besarlos después sin compasión. Siento como, en un ataque de alegría lucidez, o incluso rebelde, clavas tus dientes en mis labios por una mileima de segundo, aunque dejando una huella imborrable en mi corazón.
Ahora piensa que todo esto es un sueño, y solo tú puedes hacerlo realidad. Y quiero noches a tu lado, perdida en tu mirada, en tu sabor. Quiero tenerte, tener cada parte de ti y a la vez pertenecerte. Quiero tus labios. Quiero probarlos...
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