lunes, 16 de julio de 2012

1 way 2 say those 3 words.

¿Por qué las personas somos tan masocas? ¿Por qué nos gusta tanto hacernos daños a nosotros mismos? Vemos películas que nos hacen llorar, escuchamos canciones cuyas letras enternecerían al mismísimo diablo, leemos libros que terminan en muertes y desolación. Nos encerramos en todo aquello que fue, pero que ya no está. Nos encanta recordar tiempos mejores, aún sabiendo que con eso no hacemos más que reabrir viejas heridas de guerra.
Nos compadecemos de nosotros mismos, buscamos la compasión que no recibimos de los demás. 
Pero a veces, y solo a veces, todo esto no es más que un impulso, un aliento, para seguir adelante. Para llegar a ser alguien. Para llegar a nuestra meta. Es un ''si todo fue bien en el pasado, puede ir bien en el futuro'', es un ''si quiero, puedo'', es un ''si he llegado hasta aquí, nadie me va a parar ahora''.
El mundo es un lugar demasiado grande para mi sola. Y no me da miedo admitir que necesito alguien en quien apoyarme. Tal vez sea un prototipo de chicas de las que ya no quedan; escribir es mi pasión, las palabras son mi mundo, y saber hilarlas mi don. Soy más soñadora de lo normal, sueño con ser algún día una escritora de bestsellers, una detective, y algo que me viene desde pequeña... una actriz. Y, para ser feliz un viernes por la tarde, no necesito más que tres o cuatro personas.
Sencillo, simple. 
Y tú, seas quien seas, vivas donde vivas, y hagas lo que hagas, gracias. Gracias porque por leer esto, estás haciendo de mi sueño, la meta de mi vida, una realidad.
Y si puedes cumplir el sueño de otra persona, puedes cumplir el tuyo.

viernes, 13 de julio de 2012

París.

Me huele a París. Me huele a amor, a recuerdos, a cartas, a huellas, peinados, vestidos, zapatos caros, sábanas de franela, camas deshechas, besos en la puerta, abrazos de despedida. Me huele a impotencia, a decir ''quiero, pero no puedo''. Me huele a sueños que jamás serán otra cosa. Pero también me huele a sueños con ganas de hacerse realidad. Mi habitación huele a París. Mi cama aún está herida, como si le faltara algo. La almohada llora por las noches, y las finas tiras del atrapasueños, dejan pasar todas las pesadillas. Los peluches me miran con un destello de tristeza en la mirada, y las fotos evitan ser vistas. El espejo ya no es el mismo, ha cambiado. Ya no quiere reflejar a aquella chica arrepentida y triste que un día parecí ser. Ahora refleja a una niña orgullosa, feliz. Todo ha cambiado, todo tiene ahora más luz. Todo brilla.

Tal vez ya no estemos juntos, pero siempre nos quedarán los sueños. Los sueños y las palabras. Sí, siempre nos quedarán las palabras bonitas. Siempre nos quedará París.

martes, 3 de julio de 2012

A.S

Impotencia enorme es la que se siente, cuando se van los mejores, y no puedes hacer nada por remediarlo.
Por muy lejos que estéis, no dudéis en ser felices, aunque sea de forma inmaterial.
Porque una persona no muere, hasta que deja de ser recordada.

lunes, 2 de julio de 2012

Tú, y yo.


-¿Crees en el destino?
-No. A lo que tu llamas destino, yo lo defino como las decisiones de otras personas que tienen repercusión en tu vida….
-Pero eso es imposible… La decisión que tome alguien no me afecta a mi…
- Ah, ¿No? ¿Eso crees? Mira, te voy a poner un ejemplo… Si algún día llega la chica a la que miras todo el día en clase y empieza a hablar contigo, y a partir de ahí os hacéis amigos, tu a eso lo llamarías destino… En cambio, yo opino que ella tomó la decisión de hablarte.
-Vale, pero ¿Y si en vez de ser así, nos chocamos y empezamos a hablar y a partir de ahí pasa todo lo demás?
-Sencillo. Os chocasteis por un descuido, por una casualidad, pero aun así uno de los dos tuvo que tomar la decisión de hablarle al contrario, porque podría haber pasado que después de chocaros, hubierais pasado el uno del otro y nada hubiera cambiado.
Emilio no contesta. Sabe que Clara tiene razón, pero aún así no lo ha hecho cambiar de opinión. Siguen andando muy pegados. Decide preguntarle algo más.
-¿Y piensas que todos los problemas tienen solución?
-Bueno, depende de la persona.