-¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?
Por eso le encanta Leo. Él y sus entradas tan originales.
+Esperar a un idiota.
-¿Un idiota que te ha traído... esto?
Leo le enseña un ramo de rosas rojas que tenía escondidas tras la espalda, y sonríe al ver un brillo especial en los ojos de ella.
+Leo... No hacía falta, de verdad...
-Sí que la hacía.
Diana sin pensar le da un abrazo. Él solía hacerle regalos como ese cuando estaban juntos... Parecía haber pasado una eternidad, y no superaba los 3 meses.
+Yo no te he traído nada...
-Yo no lo necesito, tú sí.
+Me recuerda a él, todo me recuerda a él.
Diana lo ignora, pero esas palabras le duelen a Leo, que no obstante, sonríe.
-Normal, estabas muy enamorada...
+No dejo de pensar en él.
-Pues deberías hacerlo. No te has mudado en vano.
+Pero...
-No, no hay peros. ¿Qué consigues? ¿Qué estás consiguiendo? Hacerte daño. Solo eso. Y todo por un tío. Hace semanas que no sonríes de verdad, como tú solías hacerlo. Hace tiempo que no te oigo reír a carcajadas. ¿Qué te ha pasado? ¿Él te ha cambiado? No consigo aceptar eso. Es más, creo que no lo aceptas ni tu misma. Te duele más el haber sido tan ingenua que todo lo pasado. Que no es más que eso; pasado. Déjalo atrás, antes de que se convierta en una obsesión.
+¿Te puedo hacer una pregunta?
-Sí.
+¿Por qué me has acompañado hasta París?
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