domingo, 6 de noviembre de 2011

Una semana sin hablar no hace daño, solo crea ansia#

La realidad es decepcionante. Pero lo peor no es cuando alguien te engaña, es cuando tú te engañas a ti mismo. Porque muchas veces, las personas que más conoces, son las que más te sorprenden. Y porque otras veces sabes que, aunque no lo veas todos los días, sería el primero en defenderte en una pelea, cuidarte de las malas lenguas o secar tus lágrimas aunque él no las hubiera provocado.
Porque me gusta ser tu polo opuesto. Porque nunca olvidaré que siempre aciertas. Por cosas como ese abrazo que me diste sin dejarme ver quien eras. Por compartirlo todo conmigo. Por quitarme las zapatillas en clase en sexto de primaria. Por tantos recreos que perdiste hablando conmigo. Y por la paciencia que tienes. Porque ambos sabemos que tenemos suertes opuestas. Gracias. Solo quiero darte las gracias por demostrarme que la amistad no va unida a los años. Si no a la importancia de los momentos.
Gracias.

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