Me dice mientras cruzamos este manto otoñal de hojas secas, amarillentas. Enfundada en esto pantalones claros no parezco yo. Me veo tan diferente, me siento tan diferente... Unas botas marrones que me llegan hasta las rodillas. Mis compañeros de clase del año pasado no me reconocerían. Sé lo que me dirían. ''¿Dónde se quedó esa niña que iba con vaqueros rotos y deportivas a todos lados?''. Pero yo no sabría responderles. Me siento distinta, como si algo dentro de mi hubiera cambiado, como si algo hubiera dicho ''¡Basta!''.
Y no me siento culpable por ello. Todos cambiamos, todos crecemos, todos maduramos, antes o después. A mi me ha tocado más tarde que a otras, pero no lo lamento.
Puedo fingir que sé lo que me hago, puedo, pero en muchos casos sería eso: fingir.
No sé si decir gracias a Dios o por desgracia, me ha tocado madurar antes en ciertos aspectos. Mucho antes que otras. Pero eso tampoco lo lamento.
Con 16 años he fumado, he bebido, me he enamorado, he visto llorar a mis padres, he hecho daño y me lo han hecho, he perdido gente y he ganado amigos, me gusta cantar en la ducha, me encanta ver los dibujos animados o las películas de vaqueros con mi padre, me encanta ver concursos en la tele con mi madre, me encantan los ojos de mi hermano, estoy etiquetada para cierta gente de porvida, pero también sé que hay gente a la que no perdería cometiera el error que cometiera. He cometido errores que nunca podré arreglar, supongo que habré hecho también alguna que otra cosa buena. Pero , errores o no, no cambiaría nada.
Soy lo que soy gracias a todo lo que he vivido. A todo, no solo a lo bueno. Y no me arrepiento de lo que soy, aunque haya personas que piensen que debería.
Me encanta leer, mi autor favorito es Bécquer aunque la mayoría de las veces escriba mal su nombre. Y algún día, me encantaría dedicarme a escribir, aunque nadie me crea capaz.
Cada año tiene 365 días, de los cuales muchos de ellos no me sentiré capaz de nada. Otros seré feliz. Otros lloraré viendo películas y otros querré comerme el mundo. La clave está en aprovechar cada instante en el que me apetezca triunfar, pues gracias a ellos podré salir adelante.
Pero recuerda: sino lo alcanzas, es que no lo necesitas.