miércoles, 24 de agosto de 2011

Como si fuéramos unos animales#

Los cimientos de un mundo se desmoronan. Poco a poco, piedra a piedra, molécula a molécula. Ese mundo es cada vez más pequeño. Inundado por las palabras más crueles, quemado por las críticas más dolorosas, ahogado por ese humo que dejan las mentiras.
Cada vez queda menos de él, cada día hay más cenizas, y menos monumentos que cuidar.
Y dentro, solo hay ganas de gritarle al cielo. Las lágrimas brotan, dejando un camino claro a través del polvo. Una uñas que se clavan en el dolor y se aferran a él, como si fuera la única solución. Una sonrisa que hace tiempo que no se esboza. La garganta sangra, dañada por tantas palabras necias, indecibles. La insensibilidad se apodera todo, empujada por tantas picardias de gente que ignora la verdad. Este mundo se destruye, incapaz de aguantar tanto peso por si solo, abandonado por su mundo paralelo, abandonado por su mundo compañero, que ha preferido salir ileso de esta a compartir un poco de peso.
Y asi, este mundo de palabras se destruye, convirtiendose en polvo y cenizas, de las que algún renacerá. Pero nunca volverá a ser igual.

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